La forma y el funcionamiento del radiomando se estudiaron específicamente para hacerlo práctico y manejable: teclas hundidas respecto a la superficie para evitar que se presionen inadvertidamente cuando el mando se lleva en el bolsillo, y superficies de material blando para dar una sensación agradable al tacto.
El intermitente se pensó como un objeto fácilmente componible, formado por tres piezas que se unen con un simple gesto, para simplificar el trabajo del instalador sin alterar la calidad o las prestaciones del producto.
Puesto que se instala en el exterior e indica la actividad de la cancela, este elemento constituye un símbolo visible de la empresa. Por este motivo se ha rediseñado su forma, haciéndola más ancha y aplanada, para aumentar al mismo tiempo la visibilidad y la funcionalidad del producto.
Los mecanismos para batientes y correderas tienen las mismas superficies rectas con uniones achaflanadas del radiomando y del intermitente, pero ya no buscan ocultar los dispositivos habitualmente cubiertos, como el cárter o los sistemas de desenganche, porque también estos se convierten en elementos de diseño que ponen de manifiesto la usabilidad y funcionalidad del producto final.